Consultante: Profesora de yoga y pilates. Da clases en un gran gimnasio.
Status: Contratada hace más de 15 años. Sus alumnos son fieles a ella como legionarios. Los de yoga son los clientes más antiguos de las instalaciones. Sus compañeros son excelentes profesionales con los que tiene muy buena relación.
Mapa de situación: El gimnasio, con muchos clientes y un magnífico historial, lleva tiempo en crisis por una gestión nefasta tanto a nivel económico como humano. Por fin la directiva es sustituida, pero la nueva, tal vez demasiado motivada, entra como elefante en cacharrería. El ambiente entre trabajadores y jefes es tenso. Las medidas draconianas de la nueva directiva, que no escucha a la plantilla, no funcionan; los clientes empiezan a quejarse y la crisis se agudiza. Pero ahora, al menos, hay movimiento; hace mucho tiempo que no lo había.
Problema: La consultante se siente molesta con el mal ambiente de trabajo tras la llegada de la nueva directiva. No teme por su trabajo, pero en el gimnasio todo el mundo, incluidos los clientes, se quejan. Algunas medidas concretas de la nueva directiva también han influido negativamente en el espacio de las salas de yoga.
Relato del Tarot:
El mundo y Templanza. El éxito del pasado sale de la memoria; vuela para alcanzar nuevos objetivos.
El papel de mi cliente, la profesora con más éxito en volumen y fidelidad de socios en la empresa, puede ser facilitar la comunicación frente a la polarización de las posturas. Dado que “yoga” significa “unión” y los Arcanos dicen “OM” de forma incontestable y azul, mi cliente y yo encontramos un relato clarísimo para que se ubique en su entorno laboral: gran comunicadora, puede ser tan profesora de yoga con sus alumnos como con sus compañeros y jefes. Su mejor papel puede ser tanto calmar el malestar de los trabajadores con la directiva (al menos no añadiendo leña al fuego), como comunicar su conocimiento del funcionamiento real del gimnasio (que es muchísimo) a los nuevos jefes en los momentos adecuados. Calmar y unir las aguas. Con paciencia, ella puede acercar las posiciones con la flexibilidad y la calma interior que la caracterizan (junto con un innato sentido del liderazgo). Al ayudar a disolver los bandos y unificar posiciones en vez de unirse a las críticas de sus compañeros, habrá más espacio para remontar la situación.
Leer el Tarot significa también reconocer claramente lo que no está saliendo sobre la mesa: la lectura no habla de tomar iniciativas, de apoyar a un bando, de apartarse ni de iniciar un nuevo camino. Ninguna carta habla de cortar nada. Todas esas opciones han quedado en el resto del mazo. Pero eso no quiere decir que la persona no contemple esos escenarios y guiones, o que se niegue el potencial positivo que pudieran tener. Durante el juego del Tarot, el azar nos anima a cultivar en la imaginación el surco, con frecuencia inesperado, que se traza en la mesa. En este caso la consultante se identifica plenamente con la opción mostrada de manera tan gráfica y bella. La ve como un desafío para evitar caer en la negatividad de un estado de crítica constante e impotente. Se trata de un magnífico (y continuo) material de trabajo interior para una avezada yoguini.
Nuestra profe «sólo» tiene que profundizar en su mejor guión vital: encontrar el alma de las cosas y de los procesos. Comprometerse a un ayuno de críticas inútiles en su entorno laboral la ayudará enormemente a reconocer las críticas que, reconoce, en ocasiones se hace a sí misma. Toma consciencia de que va a entrenar el superpoder de no hacer caso a ese personajillo interior que nunca encuentra nada a su gusto aunque desconoce, con todo lujo de detalles, lo que desea. La profe ve el desafío como un trabajo tanto interno como externo.
Así pues, nuestra amiga se compromete, con acciones prácticas, a transformar todo glóbulo de mala leche que se la ponga por delante en un momento de calma y encuentro. Y si tal cosa no es posible, se compromete, al menos, a no sumar inercia a la bola que rueda, quitándose de en medio. Sabe que sus compañeros son, ante todo, excelentes profesionales enormemente empáticos, y que la directiva llega a un barco que va a toda máquina en un mar muy picado. Los cambios de rumbo llevan su tiempo, y ella va a aportar paciencia y serenidad.